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Cambios de hora, microplásticos en arqueología y formación

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  Como todos los años por estas fechas, con el cambio de hora el reloj de mi horno deja de tener una hora de retraso. Reconozco que se me da mejor la tecnología prehistórica que la actual. Está demostrado que soy incapaz de cambiar ese reloj, aunque tengo que decir a mi favor que quien ha venido a mi nicho ecológico y se ha preocupado por mí, siempre ha intentado ayudarme a cambiarlo y no ha habido manera, ni leyendo las instrucciones. Me llama la atención la cantidad de noticias anuales publicadas sobre las consecuencias del cambio de hora en la población, no lo dudo, seguro que hay gente que le afecta, pero no puedo dejar de pensar en quienes viajan habitualmente de España a Portugal, o de la España peninsular a las Canarias, incluso pienso en los años que me he pasado cambiando de continente. Cuando vivía en otros meridianos me gustaba tener cumpleaños que duraban 31 horas, incluso antes en un año cambiaba cada tres meses de país y cada seis de continente. Sigo teniendo las patas

El descolonizador que te descolonice, buen descolonizador será

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  Siempre me ha gustado el momento desayuno, sobre todo cuando no me lo tengo que preparar yo. Los he probado de todo tipo, dulces, salados, especiados o algunos que pican y otros no como los pimientos de Padrón. Supongo que será por tradición, pero desde mi punto de vista ninguno es comparable a la tostadita con aceite y tomate. El desayuno es ese momento en el que ves cómo se ilumina gradualmente el entorno, desde los colores anaranjados sutiles que definen el horizonte hasta que se enciende definitivamente la luz, todos son distintos y como estés en el baño te lo pierdes. No lo puedo evitar, soy de las remolonas que le araña hasta el último minuto de sueño al despertador, pero mido el tiempo con puntualidad británica y cuando llega la hora me levanto como un resorte. Después del primer café suelo empezar con mi momento vanidad, tampoco lo puedo evitar, miro el contador de lecturas del blog y luego sistemáticamente buceo entre las noticias del día intentando buscar distintas fuentes

Una pata mala, huellas y almendros floreciendo en enero

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  He empezado el año con pata mala, pero con mucha ilusión para enfrentarme a nuevos retos y bienvenidas alucinantes, acabo de estrenarme como tía y no sabía que podía querer tanto a alguien que todavía no conozco. Pero qué mala pata, dos días antes de empezar una nueva aventura laboral decidí salir un rato. Me lo pasé genial, coincidí con gente que hacía tiempo que no veía y tuve conversaciones interesantes, estaba más a gusto que en brazos, pero tenía responsabilidades al día siguiente así que me despedí y me dirigí a casa para levantarme prontito. Siempre he tenido mucha capacidad de abstracción, ya sabes que me gusta pensar mientras ando, soy capaz de aislarme en entornos ruidosos y esto, que consideraba un superpoder, se me ha vuelto en contra. Iba de camino a casa pensando en mis cosas sin mirar dónde ponía los pinreles y se cruzó en mi camino una alcantarilla con mala leche. En ese momento vi por primera vez cómo la planta de mi pie se ponía en paralelo a la tibia. Uf, qué dolor

Tempus fugit

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  Es curioso ver como el tiempo cada vez pasa más de prisa, este año nos ha dejado tan rápido como ese puñado de arena que se escurre entre los dedos y ha venido cargadito de cambios, novedades y viejidades. Sigue habiendo terraplanistas, no cesan las guerras ni la extinción masiva de especies, vivimos momentos de cambio. Sigue habiendo más financiación para encontrar la solución a la calvicie o la impotencia masculina que para encontrar la cura para la malaria, mientras la Tierra sigue girando a su ritmo. También hemos sido testigos de aportaciones brutales que nos permiten comprender mejor nuestro pasado, sobre todo esas que se convierten en identidad cultural y nos permiten reconocernos con el otro al que no conoces y no se parece a ti, aunque muchos de esos otros sigan dando vergüenza de especie. El cuadro de los Relojes Blandos de Dalí siempre me ha recordado esa sensación que tengo cuando parece que el tiempo no pasa. Me parece muy interesante una de las últimas publicaciones so

Abrazando árboles o amores que matan

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  Hoy gracias a las redes sociales las modas cada vez son más variadas y efímeras. Desde cortes de pelo que imitan a deportistas, personajes de series o películas, pasando por dietas milagrosas o el consumo de distintos productos innecesarios, hasta la forma de vestir. Hay de todo, incluidos retos virales que le dan un empujoncito a la selección natural. Ya ves, ¡las marcas de ropa llevan más de 20 años insistiendo en la vuelta de las hombreras! Hace años se puso de moda abrazar árboles, una práctica de origen japonés ( shinrin yoku o baño forestal) como un medio para entrar en sintonía con la naturaleza y fluir con un mayor nivel de bienestar que para este ecologismo de parque de barrio es una terapia que proporciona un mejor desarrollo psicológico y emocional a los individuos que lo practican. Un abrazo es una muestra de afecto, cariño o complicidad, cuando se produce entre individuos de la misma especie entrelazando los brazos y acercándose, es el acto público con ropa donde entra

Guerras ¿Desde cuándo?

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Uno de mis oráculos dice con conocimiento de causa, que la guerra es una de las mayores estupideces del ser humano , pero ¿Sabías que hoy en el mundo hay casi 60 guerras o conflictos activos? Las huellas de la violencia dejan cicatrices que resisten el paso del tiempo. Desde el 7 de octubre Israel y Gaza ocupan todas las portadas de periódicos, pero ¿y Ucrania? Es curioso cómo nos anestesiamos, no es fácil encontrar un medio de comunicación que nos actualice el drama ucraniano, entre muchos otros. Hasta hace poco toda la evidencia de comportamiento bélico en sociedades de cazadores recolectores era indirecta, sobre todo basada en comparaciones con cazadores-recolectores modernos, sociedades hoy en día amenazadas por la contaminación, la pérdida de hábitat y el colonialismo, presiones a las que no se enfrentaron nuestros antepasados más lejanos, con un tufillo del concepto del buen salvaje de Rousseau bastante evidente. ¿Sabías que la evidencia de violencia más antigua conocida por aho

El sentido común es el menos común de todos los sentidos.

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¡Vaya tela como está el mundo!, no sólo el contexto nacional también el internacional, seguimos sin agua y sigue habiendo terraplanistas; como decía Obelix: ¡ están locos estos romanos! Es curioso cómo sobre el papel las legislaciones nacionales e internacionales que aplican los gobiernos llamados democráticos tienen como objetivo el bien común, pero como bien dice el refranero del pueblo el que hace la ley hace la trampa , y los actos sólo tienen consecuencias cuando no tienes padrino. Asistimos a faltas de respeto continuas y de elocuencia generalizada o soberbia que son males transversales, además no llevo nada bien que me hablen como si fuese imbécil. Me fastidia que quien se dedica a la política, que cobra un sueldo público no accesible para la mayoría de los mortales, no cumpla con su misión, que es ponerse de acuerdo para el bien común, y sobre eso no leo nada. Eso sí, el sablazo de impuestos, evidentemente necesarios, no está vinculado a la eficiencia y eficacia de su activida

Reflexiones de supermercado 2. Septiembre siempre huele a Carolina

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Como cada mes me dirigía con resignación a abastecerme de los víveres necesarios para mi subsistencia, ya sabes que ir a comprar no está entre mis hobbies. Suelo ir a tiro hecho y siempre hago una lista que al final se queda en la mesa de mi casa, pero bueno, no suelo salir mal parada. Eso sí, intento terminar lo antes posible. Recorría rápido los pasillos del supermercado cuando vi a una señora mayor que no llevaba carrito, tenía abrazada toda su caza y se le cayeron varias cosas al suelo mientras la gente pasaba delante sin echarle cuenta. Ella se agachaba con mucho trabajo y yo me abalancé para ayudarle a recoger lo que se le había caído, me miró sorprendida. Se me erizó el lomo con su mirada, estaba hambrienta de atención y sobrada de soledad, en algo más de media hora me contó su vida, y aunque tengo problemas cuando me toca alguien que no conozco, se me agarró del brazo y no hice nada para impedirlo. No pude evitar acordarme de actitudes que quedan en algunas (pero pocas) socieda

Tururú (segunda parte)… que te vi.

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  He vuelto a ser gafotas, me da coraje aunque no es ningún drama. Lo he sido desde pequeñita, incluso era de las que llevaban también el parche en un ojo, ese marroncito que te depilaba las cejas de forma involuntaria, pero afortunadamente se enderezó mi vista. Todo pasa y todo queda, y he vuelto a necesitar ojos de repuesto. Qué cosas, me ilusionaba que al volver de Ecuador, aunque me traje puestas algunas alergias y tenía una talla menos de pie, había mejorado mi visión. Leo y escribo mucho y a veces me mareaba con las gafas, fui al oculista pensando que me iba a poner cristales de culo de botella y cuál fue mi sorpresa cuando me dijo que no las necesitaba más, pero que no me emocionara que la presbicia estaba a la vuelta de la esquina. Ahora tengo ojos nuevos. Puede que entre otros contribuyó a mi gusto por la lectura compulsiva mi profe de Literatura del instituto, todavía recuerdo cuando nos habló de Fray Luis de León. Sus biógrafos cuentan que en sus años de docencia cada día r

Tururú (primera parte)

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  Qué razón tiene la frase atribuida a Aristóteles, ya propiedad de la sabiduría popular que dice: somos dueños de nuestros silencios y esclavos de nuestras palabras , es curioso cómo a veces las buenas intenciones van cargadas de efectos secundarios que afectan a la finalidad de nuestros actos y nuestras palabras. Un comentario, que sacado de contexto en un momento puntual puede ser ofensivo, o cuando te encuentras con una cultura distinta. Menos mal que los Monty Python surgieron a finales de los años 60. Como dice uno de mis oráculos K’a uno es K´a uno y K2 una piragua . Podría escribir un par de libros con mis meteduras de pata fuera de España, un gesto que te puede parecer normal en tu día a día, para un entorno diferente puede convertirse en una ofensa, como si eructas siendo hombre después de comer en un país islámico es de buena educación, en cambio si lo haces en el Palacio de Buckingham te van a mirar mal, y es ahí donde la reconstrucción científica del pasado juega un papel

Mamá quiero ser científica

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  No sé si te has fijado, al igual que en Navidades las publicaciones y las marquesinas se inundan de anuncios de colonias y juguetes, cuando llega la primavera los periódicos, emisoras de radio y televisiones multiplican sus informaciones sobre qué estudiar, se acerca el momento en el que una nueva generación de alumnos tienen que escoger su camino. Aparecen innumerables artículos que se ocupan de las carreras con más o menos salidas laborales o qué tienes que estudiar para ganar al menos X euros al mes. Algunos lo tenemos claro desde el principio, vocaciones que te suben por el lomo en las que te dejas la piel aunque te enfrentes a un futuro incierto, incluso cuando tu entorno no lo entiende. Para otros lo normal es seguir la tradición familiar, trabajos o negocios que se heredan de generación en generación, o se eligen salidas laborales en función de la posición social que otorgan y la tranquilidad de no tener que mirar el saldo en la cuenta del banco a final de mes, siempre con der

¡Hay gente pa tó!

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Seguro que muchas veces has usado esta expresión, pero, ¿de dónde viene? No lo puedo evitar, me encantan los ¿sabías qué…? Esa frase se pronunció en una fiesta en un hotel de Madrid, cuando al torero Rafael el Gallo le presentaron al filósofo José Ortega y Gasset. El torero sevillano preguntó quién era aquel gachó con pinta de estudiao , a lo que le respondieron: es filósofo e inmediatamente preguntó ¿Filo qué, ezo qué e? Alguien le explicó en qué consistía su profesión, que era un señor que analizaba el pensamiento de la gente, que leía y escribía doctrinas orientadas a conocer mejor el obrar de las personas. El Gallo, estupefacto, guardó silencio unos segundos. Hasta soltar con gracia: ¡ Hay gente pa tó ! Y vaya tela como está el mundo y aquí sigue sin llover. Sudán o Ucrania están fatal, hay una tremenda ola de calor en el sudeste asiático, inundaciones más destructivas de lo normal en la temporada de lluvias de la región americana del Neotrópico…, verás el veranito que nos espera